1. El asma es una enfermedad crónica de la vía aérea: existen factores conocidos y desconocidos que inflaman los bronquios, los que producen un estrechamiento por hinchazón o edema de los tejidos, provocando los síntomas de obstrucción bronquial.
2. Los síntomas de asma son intermitentes y puedes detectarlos. Cuando se presenta una crisis de asma los síntomas principales son tos, silbidos de pecho (sibilancias) y sensación de ahogo (disnea). En general las crisis se desarrollan en horas o días, siendo muy raras las crisis graves de inicio súbito (conocidas como “brittle asthma” o asma frágil).
3. El diagnóstico del asma se basa principalmente en la historia de síntomas. El asma se sospecha por los síntomas y en los niños mayores y en los adultos se puede confirmar con pruebas de función pulmonar como la espirometría (que puede ser normal) o con algún test de provocación bronquial (cuando la espirometría fue normal). Las pruebas de alergia se hacen para detectar ciertas alergias causantes del asma en un paciente. NO es necesario tener una espirometría alterada para el diagnóstico de asma (de hecho, lo que uno siempre busca como médico en un paciente asmático es lograr una espirometría normal).
4. Los síntomas de asma se pueden gatillar por varias causas: Los desencadenantes más comunes son la exposición a alérgenos (ácaros, pólenes, hongos, pelo de animales), los virus respiratorios y el ejercicio. También pueden aparecer síntomas y deterioro de la inflamación bronquial la exposición al humo del tabaco y la contaminación ambiental o intradomiciliaria (ej. parafina o humo de leña).
5. El buen control del asma es posible: Los pacientes se acuerdan que tienen asma cuando tienen síntomas. Los síntomas aparecen cuando no hay buen control de la enfermedad. Con la fórmula :” tratamiento adecuado” + “evitar los factores desencadenantes” se puede lograr el control del asma en la mayoría de los pacientes en un plazo promedio de 2 a 3 meses, incluso antes.
6. Se debe conocer los 2 tipos de medicamentos para el asma: Existen los medicamentos “rescatadores” para el alivio de síntomas (broncodilatadores) y los “controladores” que mejoran la inflamación y estabilizan la irritabilidad de los bronquios. Los “controladores” se usan a diario y no deben suspenderse ni modificar la dosis sin supervisión médica, aunque se sienta asintomático.
7. Los inhaladores son medicamentos y deben usarse correctamente: Tienen una dosis determinada e incluso efectos secundarios como cualquier medicamento. Úsalos bien sin exceder las dosis recomendadas. La terapia antiasmática es indicada principalmente por vía inhalada con distintos dispositivos que ayudan a introducir la medicación en las vías respiratorias, los más conocidos son los de tipo “puff”. Es MUY importante tener una correcta técnica inhalatoria, para usar la dosis mínima de corticoide, evitar efectos secundarios y poner la molécula inhalada en partículas minúsculas (microdosis) en la profundidad de nuestra vía aérea.
Junto con la receta de los inhaladores (a veces muy sofisticados que ni parecen medicamentos) debe haber una educación de cómo se usa cada dispositivo. Recordemos el video de la serie de televisión Dr. House como un ejemplo lamentable del mal uso del inhalador de dosis medida o “puff”.
8. Utiliza el plan de tratamiento personalizado y escrito que hayas acordado con tu médico. Debe contener indicaciones claras de qué hacer en caso de deterioro de los síntomas de asma, los valores de corte de tu medición de flujometría (en el caso que tengas un flujómetro o peakflow) y como usar los broncodilatadores de rescate. También debe indicar la terapia controladora con la dosis diaria.
9. El asma bien controlada permite hacer una vida normal y con el tratamiento adecuado puedes practicar el deporte que quieras. Como prueba de ello existen muchos deportistas famosos de alto rendimiento que siendo asmáticos lograron alcanzar sus metas. Por ejemplo, el nadador olímpico Mark Spitz ganó 7 medallas de oro en 1972 (ahora existe mucho mejor terapia !). Otro ejemplo memorable es que el equipo olímpico americano tenía un 11% de asmáticos en sus filas en el año 1984. Hay también muchos ejemplos en otros deportes. En suma, una asmático que hace deporte es un asmático más sano y feliz. Y puede llegar muy lejos.
10. La escuela y el trabajo deben ofrecer un entorno seguro. En los colegios se debe saber si tienes asma para poder ayudarte en caso de presentar una crisis de asma o síntomas con el ejercicio (no es contraindicación hacer la clase de gimnasia, se puede hacer si el asma está estable y bajo tratamiento, según la tolerancia al ejercicio de cada paciente). En el trabajo se debería comunicar del diagnóstico si se detecta un posible factor gatillante de síntomas (ej. problemas con el aire acondicionado frío, calefacción a parafina, etc).